El propósito y la moral

Desde una visión nihilista, nada de lo que hacemos tiene un propósito, nuestra existencia es tan irrelevante como la de un perro sin dueño nacido en la calle, y aún así no se nos hace posible concebir una existencia intrascendente, buscamos darle sentido a nuestras vidas y nuestras acciones con religión, filosofía y quizá otras ciencias y creencias, anhelamos dejar un legado al mundo, dejar una marca con nuestro nombre en ella, para que las situaciones que enfrentamos en vida, las adversidades que superamos y las que no, tengan una recompensa perenne, o que al menos, nos sobreviva.

Nos convencemos con una moral que quizás ajena a nuestra propia naturaleza, nos engañamos en la falsa promesa del altruismo cuando en verdad, detrás de ello perseguimos un beneficio personal de cualquier índole. A toda costa intentamos sobrevivir en un mundo que no es estrictamente hostil como lo era hace milenios o siglos atrás. Instauramos nuevas leyes y reglas sociales para convivir unos con otros, cimentadas en una moral que no entendemos o al menos que no practicamos en su totalidad, eso queda en evidencia con nuestras pequeñas acciones diarias. Entonces en que nos hemos convertido? En una sociedad hipócrita y cínica que a pesar de la intolerancia y odio de la cuál es culpable todos los días, no pierde una noche de sueño?

Hablamos de tolerancia, amor y respeto, pero a estos valores no los imprimimos en todos los aspectos de la nuestras vidas, fácilmente kos vemos separados en bandos opuestos, todos reclamando una verdad, su propia verdad, pero ésta no es absoluta, y cada uno tiene propios motivos por los cuales luchar.

La verdad no es absoluta y cada contexto en la que se la presenta es diferente del anterior. Así,  un héroe considerado por unos, es un villano para otros. Nuestro héroe podría ser, en otra realidad, más vil y malévolo de lo que vemos en nuestra peor pesadilla, se torna en el villano para otros.

Entonces nuestro propósito en la vida debe ser el de convertirnos e aquellos héroes y heroínas con una moral elevada que nuestros padres y la sociedad espera que seamos, por poco omitiendo el hecho de que somos simples y a la vez complejos seres humanos? 

Entonces que es el propósito? es una prisión autoimpuesta que nos hace perseguir un ideal personal tan alto como imposible, o es una manera que tiene la sociedad de alienar nuestra individualidad y convertirnos en el prototipo anti humano que es el ciudadano modelo intachable y libre de pecado?

La existencia en sí misma, es un despropósito, como humanos somos la especie dominante en esta tierra, y aún así estamos tan asustados tanto de la vida como de la muerte, lo cual nos conduce desesperadamente a encontrar sentido a nuestra existencia, de lo contrario aceptar el fin resultaría liberador a más de uno.

A todo esto me nace la cuestión... es mejor vivir sin perseguir un propósito, experimentando los acontecimientos de la vida y afrontando sus consecuencias. O elevar nuestra existencia otorgándole de sentido?


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