Los intereses propios por sobre el bienestar social

Prejuicios y corrupción, entre otros males.


Cuando el ser humano es absorbido por el principio egoísta de querer y buscar su propio bien, placer y/o conveniencia sin importar cómo esto afecte a los demás, está siendo egoísta. El paraguayo común, no quiere esforzarse por su progreso, pero tampoco ve con buenos ojos el progreso de su vecino. Es tan común escuchar que una persona dice al ver el progreso de otra, “a saber de dónde sacó la plata”, “en algo nomás está metido por eso tiene lo que tiene”, e infinitas otras suposiciones que desmeritan el éxito de su prójimo, poniendo en duda su integridad y honradez como persona. El egoísmo y la corrupción son los mayores males de nuestra sociedad, deberíamos evitar la propagación de éstos malos valores, que están enfermando a nuestras mentes.

Somos testigos de que nuestros gobernantes seducidos por el poder y la facilidad por medio de la corrupción consiguen saciar sus necesidades e inclusive la facilidad con la que consiguen lo que se proponen por medios dudosos e inmorales, eso genera una necesidad más grande de tener y gastar, mientras que la otra cara de la realidad es la pobreza, la desigualdad, la vulnerabilidad de las personas que no forman parte de este grupo social reducido, hablo del comúnmente conocido como el 99%.

Mientras muchas personas son víctimas de la violencia, la escasez de oportunidades, la desigualdad. Mientras la clase trabajadora tienen que ingeniárselas para llegar a fin de mes con un sueldo poco menos que miserable, los gobernantes que deberían velar por los intereses del pueblo, ya que fueron elegidos por la mayoría del él, al momento de acceder al puesto de poder se olvidan de las personas que les dieron la oportunidad de llegar allí, y casi al momento se creen intocables, impunes, ya no ven a la ciudadanía como aquellas personas por las cuales tienen que trabajar, a quienes tienen que agradar y mejorar las condiciones para el desarrollo de todos, sino que los ven como simples números o estadísticas o inclusive, como una molestia que critica y se opone a su nuevo estilo de vida. Cuando éstas personas ya no trabajan por el bien común, por la soberanía del pueblo, y solo piensan en sus propios intereses y motivos. En cada individuo surge un rechazo hacia el gobierno del país, y luego hacia el propio país, a los jóvenes ya no les importa votar, porque alegan que sin importar su voto, el resultado va a ser el mismo, gente que evade impuestos, porque el dinero recaudado va a ir a parar a los bolsillos de las personas que están al mando de las entidades públicas.

He escuchado a personas decir, que hubieran preferido nacer en otro país porque están disconformes con el país en el que nacieron. Gente que se niega a cantar el himno nacional, a festejar las conmemoraciones patrias, gente que ya perdió su identidad o renunció a ella, ya no tienen sentido de pertenencia al país, gente que ya no es patriota, fenómeno que entiendo de primera mano, porque soy una de ellos. La sociedad paraguaya es una sociedad vulnerable, mayormente prejuiciosa, de carácter mediocre y corrupto, que imposibilita la aceptación y cooperación de los ciudadanos para lograr el desarrollo intelectual, cultural, económico y ético de la sociedad. Podríamos decir que debemos evolucionar aún más, que como sociedad tenemos que pasar por muchos más acontecimientos importantes para lograr un cambio, pero la verdad es que debemos optar por un pensamiento más profundo de nuestras acciones y las repercusiones que éstas tienen, lograr un cambio por convicción y no por imposición es donde radica la verdadera revolución cultural de los pueblos.

La realidad de la sociedad paraguaya es la realidad de las sociedades de Latinoamérica, porque nos une el mismo idioma, nos une el mismo sufrimiento, nos une el mismo grito de justicia, y es por eso que debemos luchar por nuestro progreso y el de nuestra comunidad, con comprensión, tolerancia y compromiso para con nuestras convicciones y principios morales y éticos, sólo de esa manera podemos hacer de nuestro país y de nuestra América un mejor lugar para vivir.

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