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Mostrando las entradas de junio, 2020

El propósito y la moral

Desde una visión nihilista, nada de lo que hacemos tiene un propósito, nuestra existencia es tan irrelevante como la de un perro sin dueño nacido en la calle, y aún así no se nos hace posible concebir una existencia intrascendente, buscamos darle sentido a nuestras vidas y nuestras acciones con religión, filosofía y quizá otras ciencias y creencias, anhelamos dejar un legado al mundo, dejar una marca con nuestro nombre en ella, para que las situaciones que enfrentamos en vida, las adversidades que superamos y las que no, tengan una recompensa perenne, o que al menos, nos sobreviva. Nos convencemos con una moral que quizás ajena a nuestra propia naturaleza, nos engañamos en la falsa promesa del altruismo cuando en verdad, detrás de ello perseguimos un beneficio personal de cualquier índole. A toda costa intentamos sobrevivir en un mundo que no es estrictamente hostil como lo era hace milenios o siglos atrás. Instauramos nuevas leyes y reglas sociales para convivir unos con otros, ciment...

La cultura del "vaí vaí"

La cultura del "vaí vaí" El paraguayo común al afrontar un desafío, tiende a dejar las decisiones difíciles para el final, tiene la costumbre de rehuir de los compromisos, y es carente de otorgar la merecida importancia a las situaciones que se le presentan. Es tan normal escuchar que dentro del ambiente laboral, en el sector productivo e inclusive en el sector administrativo, los trabajadores caigan en la mediocridad, para evitar el esfuerzo de hacer algo a la perfección. Son frases comunes de los paraguayos el “así nomás”, “no hace falta luego que sea tan perfecto”, “de cualquier forma ya sirve”, “no es para tanto”. Eso es parte de nuestra idiosincrasia. Es lo que nos califica, lo que determina que la producción paraguaya, no funciona, no sirve o es mediocre. Este pensamiento conformista está tan arraigado en nosotros, que buscamos tenerlo todo fácil, no realizar ningún esfuerzo demás para conseguir el mismo fin, así es que me hago la pregunta ¿cómo esperar siquiera ...